¿Quién eres tú? [privado Josh]

Era una tarde de invierno, el sol se estaba poniendo por el horizonte, podía verse el color anaranjado que precede a la completa oscuridad, me gustaba aquella sensación. Seguía en casa, todas las luces estaban apagadas, la semioscuridad se había apoderado de la estancia, era como si quisiera anticipar lo que luego fuera iba a ocurrir, pero yo veía a través de ella, mi vista era casi tan aguda como a pleno día, así que tampoco me importaba mucho ese hecho. Estaba a punto de salir, quería comprobar que todo estaba en orden, como era mi deber, algo que llevaba haciendo desde que aquel día me marché de mi puesto, y abandoné todo por venir en su busca. Estaba completamente seguro de que lo encontraría, pero hasta que ese momento llegase sólo podía esperar, y no detenerme en mi búsqueda, que desde hacía ya un tiempo se estaba prolongando, y quién sabe durante cuánto más.

Al salir a la calle una intensa ola de frío chocó contra mi cuerpo, no me molestaba, me había acostumbrado a aquella sensación. Decidí no llevar conmigo el abrigo, con la larga chaqueta de mi uniforme bastaba, así que preferí evitar posteriores molestias, iba a quitármelo de todos modos, nunca aguantaba más de una hora con él, y lo dejaría tirado por cualquier sitio, así evitaba que eso sucediera. Miré a mi alrededor, todo parecía tranquilo, pero no era bueno juzgar a simple vista, hasta que no hubiera hecho las comprobaciones correctas no podía estar seguro de nada, y no quería que de noche alguien me sorprendiera. Subí por el camino hacia el bosque, era largo, empedrado e irregular, pero apenas me costaba esfuerzo seguirlo, era como si mi mente no se fijase en detalles tan nimios e insignificantes, y sólo viese el momento de llegar arriba.

Por fin alcancé la parte superior, desde allí podía divisarse todo el pueblo, cada una de las casas, en completo silencio. La oscuridad había terminado por apoderarse del paisaje, le confería una hermosa apariencia, en la que yo ni siquiera me molestaba en fijarme. Sólo verifiqué que todo estaba bien, y me acerqué a un árbol alto, cuyo tronco era bastante grueso, parecía viejo, y me senté en el suelo, apoyando mi espalda en él. Incliné la cabeza hacia detrás, y cerré un momento los ojos, antes de volver a abrirlos y mirar a mi alrededor de nuevo. Haría guardia, y luego me internaría en el bosque, justo detrás de mí, quizá lograba hallar alguna pista que me llevase hasta él… no podía estar seguro, pero algo debía haber por algún lugar, era imposible que después de aparecer se hubiese esfumado, dejando únicamente el recuerdo de su existencia, y unas vanas esperanzas en la gente. No sabía su identidad y aun así estaba dispuesto a seguirlo, pero si de verdad mis sospechas eran ciertas y resultaba ser quien yo creía, cumpliría por fin mi venganza, y mataría a mi hermano.