Mis Respetos

Como siempre tan cortes, le paresia una vulgaridad posar su presciencia en un imperio donde no sea presentado ante aquel que lo gobierna.
Sus pasos eran suaves apenas audibles para el oído común sin problema alguno burlo la tan aclamada seguridad de la residencia, magnifica antes sus gustos, a pesar de su gran tamaño fácil de mantener para su opinión.
Como mayordomo al servicio de el mas apto su deber era presentarse con cortesía y ofrecer sus servicios.

sus pasos lo llevaron asta el final de su recorrido, podía oír las voces, su oscuro ropaje se camuflo perfectamente con las oscuras sombras de los rincones lo cual aprovecho a la perfección ocultando su presencia, siendo incapaz de ser encontrado.

Buenas noches

Susurro con una suave y aterciopelada vos que parecía acariciar las palabras mientras las dejaba libre de aquellos finos y delgados labios tan pálidos como su piel.

Espero no interrumpir su noche pero mi interés y deber era el de mostrar mis respetos personalmente ya que seria descortés caminar por vuestros dominios sin su consentimiento.

Apareció frente al poderoso emperador con porte formal, haciendo una reverencia perfecta y formal, sus ojos mostraban un intenso brillo marcando aquel perfecto carmín adornado de perfectas y largas pestañas.