Patética Huida

Ya eran altas horas de las noches, se podían oír a los perros ladrar, ansiosos buscando y olfateando a aquel que se digno a huir de sus ataduras y de su lugar como "algo" un mero utensilio, la noche era cálida, la tibia brisa que acariciaba los arboles lograba disipar los olores, el sudor, el miedo a ser encontrado, la sangre de las leves heridas sobre la fría y pálida piel.
En sus manos una liebre muerta, siendo desangrada por la fuerza de su mandibular succionando cada gota de sangre del pobre animal, cuya única función era de alimento.

Su espalda reposaba contra un árbol exhausto su pecho se movía a un compás de ritmo acelerado. Sus labios manchados de la sangre del inocente animal eran limpiados con su propia lengua mientras lanzaba lejos el cadáver moribundo de la bola de pelos.

Podía oír a lo lejos a los guardias dándole ordenes a los perros, ordenes de atacar a matar.
Tal afirmación lo izo retomar sus ultimas fuerzas para ponerse de pie y así retomar su huida corriendo por el sendero asta que se vio bastante lejos, cuando lo noto, ya se encontraba rodeado de ruinas, aparentemente ruinas de alguna antigua instalación o solo las ruinas de un antiguo local cuyo futuro no fue muy prometedor si termino de esa forma.
Sus pasos eran débiles, lentos, poso su espalda sobre la piedra fría y se dejo caer en la piedra que cubría el piso recostándose sobre esta con la mirada tono cielo clavada en este mismo, pero cubierto de estrellas, sus cabellos dorados se meneaban ante las caricias constantes del vientos, y su respiración era mas tranquila.

tengo que lograr salir de aquí......pero estoy demasiado cansado..ya no podre seguir mas madre...- Hablaba en vos alta con sigo mismo en aquella oscura noche templada.

Habia estado caminando por varias horas, sus pies no estaban cansados y el tampoco, hacia viento, era de noche desde hacian un rato. No lo habia notado.
Levanto la vista para ver el cielo, estaba despejado, la luna brilaba, chasqueo la lengua mientras brincaba a un arbol, desde ahi podia ver todo lo que la poca luz le permitia.
Fruncio el ceno cuando algo se movio en su campo de vista, bajo para revisar, parecia un animal muerto. Se agacho para picarlo cuando este dio un tumbo, estaba vivo, lo tomo entre sus manos y lo acomodo en sus palmas mientras acercaba sus labios al morro suavecito del animal. Una luz cubrio el lugar y pronto se dio cuenta de que habia un caminito de sangre, miro de vuelta a la librecita y camino siguiendolo.

- El antro abandonado huh?... donde estara el que te hizo esto? - puso al animalillo en su hombro y siguio hasta que escucho un murmuro cercano - Ah... aqui esta.

Le miro con su frios rubies y lo jugueteo con uno de sus pies, parecia muerto, claro que cualquier vampiro lo pareceria. que fastidio penso mientras se acercaba a el y volvia a acercar sus labios a la cara del otro chico, sin tocarlo, de nuevo una luz les cubrio.

- Espero que con esto te sientas mejor. - le puso el conejito en el pecho - si vienes conmigo no te psara nada. Hare que esos guardias desaparezcan, y te dare una mejor vida de la que tienes ahora. -