Evento Navideño

Santa:
Ni esperes que te diga "querido" porque vamos, ni siquiera existes, no soy un niño que cree en tonterías como el hecho de que exista un viejo panzón que reparte regalos a los que se portan bien, ni creí en tí en mi triste infancia. Ni yo me porto bien, por favor estás hablando con un demonio que le encanta acosar a sus victimas de la peor manera y volviendome detestable. He matado incluso, sí, todo esto porque soy un guardian que sigue ordenes de mi querido y adorado emperador.

Pero bueno, volviendo al tema, no creas que por escribir esto es porque confie en tu existencia, simplemente en algún momento de mi ocio extremo, una esperanza de fé brotó en mí, y espero que tan solo se haga realidad lo que pido, si no es así pues te jodes, y me refiero a que con mi pistola te estaré buscando hasta cuando te vea ¿Sabes qué haré si lo hago? Te meteré esta arma en el trasero y jalaré del gatillo, para así tomar tu puesto y hacer añicos tu trabajo. En fin, no te asustes de mí, solo sé un buen chico y cumple lo que yo quiero. Lo que deseo es algo simple, abres la boca y te mato; pasa que mi querido emperador Adheleyd anda solitario, con necesidad de alguien y muuy triste, en realidad conosco de alguien quien podría satisfacer su necesidad ¿Quién más que yo? Entenderás lo que quiero, ser su pareja aunque eso no es todo, también lo que el le encanta hacer: sexo, lujuria, pasión. Deseo tan solo el contacto de sus brazos y manos pasar por mi cuerpo pequeño e infante, sus labios perfectos parecidos a unas almohadillas rosas pasar por los míos y marcar en mi lo que es suyo por derecho y también hacer lo mismo solo que al revés. Que me deje usar mi boca y ocuparla en aquel miembro de tan larga extensión que mi paladar muere por probar, sentir esa escencia recorrer por mis sentidos. Y luego, esa gran creación del dios mismo se introdujera en aquella entrada hasta el fondo, haciendo que mi voz se gaste en un largo y sensual gemido en el momento que llegue a acabar de tantos movimientos realizados allí, que si alguna forma desee aniquilarme con esa fuerza suya, si llega a hacerlo, estaré más que complacido morir de placer. Al final de todo, esos ocelos misteriosos que posee me miren a estos diabólicos azules y brillantes que deben estar entrecerrados con una respiración muy agitada del cual me ahogo, sonreír de manera que me cautive y al final decir con esa grave voz que posee un pequeño "te amo" en el idioma o lenguaje que desease usar, el que más le acomode...

Mi más anhelado deseo, mi gran fantasía, ya incluso escribir todo aquello hacia ti Santa me hizo dejarme con el cuerpo de una manera excitada, y termine usando mi mano libre que no sostenía esta pluma en alguna zona que me estremeciese, sacando al final esa sustancia blanquecina de mí, tengo suerte de que me dedique a escribir esta carta durante mi tiempo libre en la comisaría, en una hora oscura donde la noche se hace presente y todos, o en realidad la mayoría, se encuentran dormidos.

Espero que no seas lo totalmente estúpido como para recibir la respuesta que me des a esta carta al emperador, porque si lo haces, tomarás en cuenta que mi trabajo estará en riesgo y ya no tendré esa confianza que me costó lograr tener con él. Lo único que quiero es que cumplas ello que bien te pedí con mis sucias palabras, te niegas o haces algo mal y te vendrá lo peor.

En fin, no hay nada que decir más, cumple con tu trabajo y cuida lo que haces. También espero un día conocerte en persona para cobrar lo que quise en las anteriores navidades, quien sabe, termine siendo divertido, a lo mejor todo termine en un juego de pasiones entre los dos.

Se despide
Michael L. Knightley